La organización del tiempo y del espacio también es
importante. Todo profesor debe saber cuándo es el momento ideal para que los
niños y las niñas escuchen, trabajen, coman, experimenten, etc.
La realización de un horario no es algo más que debamos
hacer sin darle importancia. Seguir un horario significa planificar el tiempo, proporcionarles
a los niños rutinas a las que poder adaptarse. Los niños necesitan unos límites
y unas normas para que puedan adaptarse, sin ellas se verían perdidos.
En la jornada escolar debemos tener tiempo para todo y para
todos los alumnos. Los profesores debemos respetar los ritmos que pueden tener
los pequeños en el aprendizaje y sus necesidades.
Dividimos la jornada escolar en dos ciclos, en el primero
nos centraremos más en las necesidades individuales de los niños y las niñas.
En el segundo ciclo nos centraremos en las necesidades sociales y en su
entorno.
Los niños y las niñas necesitan acabar todo lo que empiezan,
deben tener tiempo para hacerlo, no podemos diseñar un horario estricto.
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